lunes, 17 de octubre de 2011

Poesía a l'aula

Vos presente la justificació de un projecte sobre poesía dins del aula, que hem pareix molt interessant.

Poner al niño-a en contacto con la poesía desde pequeños es una forma de despertar su sensibilidad, hacer que sus sentimiento florezcan, se "muevan", porque si algo derrocha el poeta es sensibilidad y no sólo hacia con las palabras sino que esa percepción visual va a ir despertándose con todo y llega a formar parte de la vida del niño-a; y es que la educación de la sensibilidad ha de hacerse en todo momento, día a día, con motivo de cualquier cosa, e incorporándo al currículum escolar y familiar más arte, más creatividad, más expresión libre... en definitiva, más apertura al otro pues educar la sensibilidad es regalar un mundo nuevo al niño-a. Todo esto podemos conseguirlo inciándole en el mundo de la poesía. Por eso es bueno ofrecérsela como un obsequio y que a través de ella sienta él también la sensibilidad de las palabras que pueden volverse mágicas en medio de un "Poema para bailar" o de palabras que, además de rimar cuentan una pequeña historia de risa, de tristeza o de amor.
El mismo niño-a después de trabajar la poesía en clase como un elemento lúdico más de todo el proceso que lo envuelve, no considera a ésta como parte integrante de un proceso de aprendizaje " forzoso", sino como algo que llega a formar parte de los momentos de ocio, de momentos en los que demanda algo diferente. Eso llega a conseguirse si se trabaja con el niño-a adentrándole poco a poco en el mundo de la poesía desde pequeño-a.
El niño-a debe aprender a disfrutar desde pequeño con la poesía. Debemos conseguir que "poesía" no sea sinónimo de "aburrimiento" o de "minorías un poco extrañas" y que ese niño-a vaya entrando poco a poco en el universo mágico de las palabras que hasta ese momento han sido sólo eso: palabras (a veces sin sentido). Como dice Fernando E. Gómez Martín en su libro "Didáctica de la poesía": "... Resulta hoy imprescindible en una sociedad pragmática, avasalladora de los valores personales y creativos, ofrecer al niño que entra en la escuela caminos que llevan a la degustación estética y aún a la creación. No basta la imitación o actividad reproductora; el niño también debe experimentar y gozar con la imaginación. Saber leer y escribir no supone necesariamente saber interiorizar o expresarse. La fantasía poética rotura la sensibilidad y abre el camino de la educación artística. La función poética es un aliado importante . El niño debe aprender conocimientos, pero también, ha de volar él con sus sueños, imaginando situaciones y expresando sentimientos e ideas."

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